Los sueños en los que intervienen sacerdotes, sean de la religión que sean, indican nuestra necesidad de confiar nuestros problemas a alguien que nos comprenda y nos ayude a solucionarlo. Todo depende de la actitud del sacerdote.

Si engordamos indica riqueza y honores profesionales. Si adelgazamos indica pobreza. Si es otra persona te avisa que alguien te quiere traicionar o mentir.

Indica que alguien intenta perjudicarnos. Si lo matamos descubriremos las trampas.

Si acogemos a alguien nos veremos protegidos y apoyado en nuestras actividades por la misma persona. Si rechazamos a una persona en sueños indica la cercanía de una amenaza de traición.

-Tratandose de dinero debemos tener cuidado pues nos amenaza una posible pérdida. -Si se trata de objetos alguien conspira contra nosotros.

-Si alguien se despide de nosotros abandonaremos algo que no nos beneficia nada. -Si somos nosotros los que nos despedimos de una persona indica que pronto volveremos a verla. -Si en la despedida lloramos nos espera una gran felicidad.

Alguien que se hace pasar por amiga no lo es en realidad.

-Si la ambulancia contiene algún herido alguien a quien estimamos es amenazado por algún peligro. -Si el herido habla o se mueve indica que pronto tendremos noticias de alguien que habíamos olvidado.

-Echar el ancla o ver que alguien la echa es un aviso de que debemos meditar si nos hallamos en el buen camino. -Si arriamos el ancla ya es hora de que nos pongamos en acción.

-Si es sólido nuestros proyectos se realizarán con éxito. -Si lo vemos tambaleándose o hundido también se hundirán nuestros proyectos. -Si estamos subidos en él, según el estado del andamio, se incrementarán tanto para bien como para mal. -Si alguien nos conduce hacia el andamio no dependerá de nosotros el éxito o el fracaso.

Recibiremos un legado inesperado aunque alguien intentará arrebatárnoslo.